jueves, 10 de octubre de 2019

Oda a la tiza blanca

Miro mis dedos
y aun
veo tu huella
y sigues ahí
en tu rincón,
esperas paciente
las manos
que te acaricien
y dibujen:
una casa,
una muñeca
o hagan una división.
Y a tu lado 
las de colores.
La amarilla
presume
de ser sol, 
la roja de ser vena,
los azules 
se reparten
el mar y los ríos, 
las verdes 
compiten 
por ser 
la más jugosa de las lechugas. 
Y todas 
se enorgullecen
de no estar al alcance 
de cualquiera.

Tú, tiza blanca,
a veces por el suelo,
hace integrales,
calcula el rozamiento
de la piedra 
que cae 
por un plano inclinado,
escribe la fórmula
del ácido nitroso
o del sulfito de cinc.
Se siente Cervantes
al poner una tilde en su sitio
o Picasso
al dibujar una esfera.
Y la inunda el placer 
cuando 
el profesor de historia 
escribe 
nombres de reyes,
de batallas
y sus fechas.
Y se siente orgullosa
cuando la sueltan 
y mira la pizarra 
llena de teorías
que solo 
algún Newton 
perdido
entiende.                               
                                                          Chelo de la Torre
                                                          2019-09-26 


Nota :
Cuando al poco de jubilarme decidí seguir moviendo las neuronas y acudir a un taller de poesía, escribí una " oda a la tiza" que el profe rechazó por no ser ni oda, ni nada que se le pareciese.
Como una alumna disciplinada, eliminé todo lo que había escrito en espera de otra ocasión mejor.
Hace poco el profe nos propuso como ejercicio leer las " Odas de Neruda " e intentar hacer una nosotros y ese ha sido el resultado.

martes, 2 de julio de 2019

Último comentario sobre Ángulos

Mercedes Martínez  ha dicho: 



En la poesía de Chelo encontramos a una niña que mira asombrada el mundo y a la mujer. Ellas han querido entender el espacio, la vida, el tiempo y las personas. Por eso, Chelo ha recurrido a la filosofía y ha buscado las claves de la realidad en la matemática que subyace en todas las cosas, como hicieron Tales,  Pitágoras, Galileo, Leibniz... Ahora ha encontrado a los poetas, y lo demás no importa.
Aunque se le rebelen las consonantes y las vocales se descoloquen y no conserve rimas en la nevera o adjetivos en la cesta de la compra, ella puede explicar sonidos de amaneceres y melodías acuáticas caseras. Prefiere un viaje imaginario, un silencio, a las joyas, a las flores y a los perfumes. Ella nos habla de mujeres que son geometría, porque hay geometría en todas partes, y sus versos tienen hondura, transmiten y tienen la sencillez de las cosas verdaderamente buenas, de las que no esconden su vacío bajo el artificio. Sus versos conmueven y sus poemas explican, o quizás hacen que veamos las cosas desde una perspectiva distinta y que nos preguntemos a nosotros mismos.




Mercedes Martínez 
      Escritora de relatos y poeta 
2019-06-25

martes, 25 de junio de 2019

En la Biblioteca Vargas Llosa ( Madrid)




El viernes día 7 de junio tuve el honor de participar  como poeta invitada por el profesor Luis E. Solís Mendoza,  Director del Centro de Reescritura y  también director de estos talleres,  en el III Taller gratuito para escritores noveles : Escribir poesía entre la libertad y el encadenamiento.

Talleres que se llevan a cabo en la Biblioteca Municipal Vargas Llosa de Madrid 

En dicho taller a partir del estudio del poemario Ángulos( Ed. Nazarí , 2017) se comentaron los siguientes temas:

1. Entre la libertad y el encadenamiento
2. Catarsis y escritura
3. Autococimiento
4.- Remedios contra el vacío
5.- Otro mundo es posible  



Como no podía ser de otra forma entre los asistentes al taller estaba mi amiga 
la poeta  Asunción Caballero 








Con Luis Solis Mendoza y algunos de los asistentes tal taller 



Algunas de las poetas amigas que me acompañaron de izquierda a derecha: Estrella Cuadrado, Edith Fernández García, Asunción Caballero, Isabel de la Cruz y Chelo de la Torre





Certificado que acredita mi asistencia al taller . Gracias Luis por este detalle

viernes, 10 de mayo de 2019

"No podía ser otra cosa" por Luis Solís Mendoza

Reflexiones a propósito de Ángulos, de Consuelo de la Torre






Hace unos meses, por medio de una amiga común, conocí a Luis Solís y al saber que tenía publicado un libro mostró cierta curiosidad por leerlo. Hoy me regala esta reseña que os muestro.
Muchísimas gracias Luis.

Escribir acerca de este o aquel libro resulta una tarea marginal. El libro habla por sí solo; no necesita más defensa que su propio contenido. El comentario, la opinión o la crítica apenas acarician el corazón de las palabras ahí impresas. Es lo que haré en estas brevísimas líneas: acercarme al espíritu poético que Consuelo de la Torre (Chelo, para los amigos) ha volcado en Ángulos (Ed. Nazarí 2017) o, si se prefiere, traduciré el impacto de sus versos sobre mi persona. Al fin y al cabo, la comunicación en la poesía es íntima y altamente subjetiva.


El poeta es libre de toda lógica, puntuación e incluso de cualquier discurso moral. Está por encima de ellos. Es más: tiene el deber de descubrirnos los infinitos ángulos que conforman la realidad. Chelo sabe que este es su compromiso como poeta: «Extiendo el puzle de las letras / y la monotonía de este día / sobre el folio en blanco / e intento ordenar el collage /de imágenes que aparece».

La vida como puzle, como un todo conformado por partes desiguales y necesarias. Sugerente metáfora. Pero la poeta va un poco más allá: cada pieza tiene la obligación de ser tal como es, no puede ser otra cosa: «Los cimientos no los hemos cambiado». Por ello, en Ángulos, el adjetivo no es inquieto, permanece en el sitio que le corresponde; los versos son cadenciosos, ocupando siempre una línea y evitando sorprendentes ejercicios de gimnasia; y la idea del poema se ofrece con sobriedad, sin ligerezas o alardes. Ángulos es la visión fractal de Chelo, de entender que todas las cosas tienen un orden y una función. Aquí se nota su formación en matemáticas: «Hay geometría en todas partes».
A partir de estas nociones, la poeta nos regala su intimidad, sus creencias, sus recuerdos. Nos habla de ese «hombre de costumbres» que fue su padre, del ser una mujer siempre fiel a sus principios y axiomas, de ese cuadrado perfecto que es la familia, de la rutina… Y también nos revela la tragedia: «Tengo que admitir / que las matemáticas mienten». Chelo reconoce que la vida no se rige totalmente por la aritmética o la geometría. En todo caso, estos son tan solo unas esquinas entre muchas. Y sí, fiel a sí misma, la poeta no esquiva el riesgo que supone habitar entre tanto ángulo. Pero aún le queda la poesía como esperanza de renovación personal: «Tengo que hacer limpieza / –y he de hacerlo sola– / subiéndome a los libros para llegar al techo, / escondiéndome para limpiar los rincones».


Enhorabuena, poeta, porque tus versos son la sabiduría a la que todo escritor aspira.

Autor de la reseña: 





Luis Solís Mendoza

Doctor en Filología hispánica, crítico literario y corrector de textos 









Director de  The Thinking Makes




y del Centro de Reescritura 



martes, 2 de abril de 2019

Los colores del silencio en la voz de Ascensión García ( Aris)

Mi amiga Ascensión García ( Aris) llevaba mucho tiempo callada y ahora nos muestra su nueva afición y pone voz a mi soneto " Los colores del silencio"

Gracias mil amiga.






Hay un silencio gris que cierra etapa,
y he escondido el granate en el pañuelo.
Este silencio plomo que alza el vuelo
nunca usará mi folio como capa.

Contemplo esta sequía que me atrapa,
admiro sus colores, me rebelo.
Las letras nacerán de un largo duelo
y exploraran caminos de otro mapa.

Tendré que utilizar nuevos colores,
que atraigan a la lluvia y a la rima
de palabras con cálidos olores.

Habrá un cambio de tiempo, hasta de clima.
A las letras de ayer les pondré flores,    
Y que esta nueva etapa, me redima.


                                                       Chelo de la Torre

domingo, 10 de marzo de 2019

Angulos por Mª Jesus Muñoz



Aquí os dejo la reseña/comentario que nuestra querida amiga la poeta  Mª Jesús Muñoz ha hecho de mi libro y por la que le estoy muy agradecida. 
Gracias mil 


ÁNGULOS DE CONSUELO DE LA TORRE

Nuestra amiga y profesora de matemáticas se lanza al universo poético con un pensamiento: “Quizá la poesía ayude a resolver la ecuación de la vida, ya que no lo hacen los números”.
De una forma original y genuina se sirve de la geometría que convierte en metáfora, para dibujarnos en la primera parte “interiores”, su mundo interior. La sencillez del triángulo le permite organizar la infancia en el espacio y el tiempo. A medida que crece en conocimiento y responsabilidad, aumentan los ángulos para dar lugar al cuadrado, rombo, hexágono etc…Pero el tiempo está ahí, difuminando ángulos y vivencias y creando el círculo de la costumbre, de la monotonía, mientras avanza, inexorablemente, en círculos espirales hacia adelante, sembrando olvido.
La autora hace gala de su lógica para enfrentarse a la apatía, a la desgana, al miedo y a los fantasmas, tratando de darles orden y equilibrio. Sabe que algo se le escapa y retorna con humildad y entrega a las aulas para aprender poesía. Abre con valentía el círculo y extiende con imaginación el puzle de las letras, profundizando en la duda, en el dolor, en la obsesión, que a veces se convierte en un fractal, que trata de calmar y gestionar.
Las vocales y consonantes emprenden una guerra por ser, tener su espacio entre las figuras geométricas, que siguen dando forma y marcando su vida. Llegan para renovar, fortalecer y crear nuevas perspectivas, que le permitan dar voz a sus sentimientos y enriquecer su espíritu. Se convierten en apoyo moral, viaje al infinito, silencio alentador, palabras y sonidos que ahuyentan los miedos.
En la segunda parte “exteriores” profundiza en las formas, en la quietud, tristeza y dejadez de los pueblos y sus gentes. Es la costumbre y monotonía del círculo, que  debe abrirse con imaginación para dar vida.
La geometría y el orden se hacen palpables en el homenaje a su padre, donde recuerda con cariño y orgullo los distintos sombreros, que utiliza dando color a la vida y al tiempo: “salen del circulo cuadrado del recuerdo”.
El lápiz, herramienta fundamental en su profesión, le sirve para reflexionar sobre el dolor de la naturaleza ante la indiferencia del ser humano, que destruye todo a su paso. Le da voz y espíritu, reconociéndolo en las manos de sus hijos y acompañándole en su soledad.
Consuelo evoluciona de forma rápida descubriendo en las palabras el sentido de su búsqueda y espera. Abre su círculo para ser campo, trigo, piedra, árbol…El orden y los números siguen cerca, turnándose con las letras, ampliando su universo y multiplicando su generosidad, cuando nos dice: “habla de geometría/oye cómo suenan las esferas/pinta de verde el infinito/pasea por el plano/rompe el círculo…”
Su madurez y perspectiva literaria abre paso a las mil caras del triángulo, que puede ser “peligro, juego, mosaico, joya, Dios y hasta intimidad de la vecina”. Descubre un juego de amor entre polígonos y letras, que se esconde en “las palabras que callas, en el camino, en el vuelo del mirlo, en el quejido del aire, en tus manos…”
Y aparece el poliedro para mostrarnos a una mujer, que se columpia en la rama del árbol, se llena de pájaros y nunca está triste. La esfera pinta a la mujer que rueda, se impulsa ella misma, se siente libre, marca el cielo con los pies. La pirámide es espejo de la mujer erguida, que quema su vértice apoyada en la muleta de los años.
Se confiesa mujer con cuerpo sinusoide, entregada a la vida y conocedora de sus miedos y límites: le duelen las manos por agarrarse a las paredes, confiesa que las matemáticas mienten, que tiene que borrar sombras y lavar el día…Que es difícil levantarse, salir del escombro de la noche Que ha llegado el tiempo del recuerdo y el olvido, hace frío y el infinito se acerca.
¿Qué puedo decir como resumen de este singular libro de poesía…?
Que emprende la aventura del verso libre con prudencia y humildad, consciente de que abre “su círculo” para entrar en un universo más complejo, el de la poesía. Pero, confiada en que los números y la geometría están en todas partes y eso le ayudará a crear metáforas, juegos lingüísticos, contrastes e imágenes que den expresividad y colorido al sentimiento.
Que “El propio Dios geometriza” entre sus letras, porque consigue con inteligencia y sencillez una armonía interna, que proyecta ritmo y sabiduría, nos impulsa a la creatividad y nos lleva a tocar la música de las esferas.
 Su entrega y sinceridad es una constante, que comienza por un sencillo triángulo y se va transformando en círculos triangulares, que se abren en perspectiva, dejando al desnudo su grandeza interna, que se multiplica en universos genuinos.
Su claridad y valentía le hace enfrentarse a sus límites, renovándose y reinventándose en sus versos, que la reconocen como maestra , creando vínculos de unión entre letras y ángulos

Me uno a Consuelo en ese viaje infinito al universo y me apoyo en sus letras, que me han ratificado la belleza y la profundidad de las matemáticas, clave y misterio del sentido de la vida.

Mi enhorabuena y mi ánimo para seguir adelante, amiga y poeta.
Mi abrazo grande y mi cariño.

M. Jesús Muñoz

Poeta.
5-03-2019



sábado, 2 de marzo de 2019

domingo, 27 de enero de 2019

martes, 15 de enero de 2019

Recital a dos voces


El próximo 23, miércoles, a las 19:00  en la Biblioteca Municipal Miguel Hernández de Collado Villalba  estaremos Asunción Cabellero ( Mascab) y yo leyendo nuestros poemas. Si  decidís acompañarnos será con placer poder daros un abrazo. 

lunes, 7 de enero de 2019

1 de enero, año nuevo



Dijeron que era nuevo. 
Encendimos las luces  
y tiramos cohetes,   
derramamos champán,
risas, besos, aplausos. 
Brindamos por los muertos. 

Nos vestimos de rojo, 
como mandan los cánones,
y bailamos, bailamos.               
Se olvida el no te quiero, 
el enfado de ayer,
y hasta callan los golpes.

Hubo nuevo almanaque,
y también nuevos mapas. 
Nos nació alguna crisis 
y compramos un libro.      
                      
Hubo nuevas noticias:
urgencias está lleno,
más basura en el muro,
aumentan los maltratos.

Dijeron que era nuevo 
y aquí, junto al balcón, 
la estampa inalterable 
del inmueble vecino.                                                                       

                                                                   Chelo de la Torre