Os dejo aquí la parte que me corresponde.
El pasado
15 de enero puede admirar la poesía de dos mujeres. En ambas la vida desbordaba
sus propias biografías. Eran distintas y eran iguales, sabias y sutiles como
sus versos…
La otra
mujer cuya poesía admiré el miércoles se llama Chelo de la Torre. Como es mujer
discreta no buscaba protagonismo alguno, pero estaba allí como el círculo
perfecto del saber estar. No pude por menos que saludarla y reencontrarme con
su delicadísimo poemario Ángulos. La suya es una poesía More geometrico
demonstrata, pero no es racionalista, aunque para entrar en su secreta academia
convenga tener nociones de vocabulario geométrico. Sin duda por eso cita a
Platón al abrir las páginas del poemario. En éste se ve interpelado el
escéptico que mira, calla y sigue mirando cómo admirar sus versos: Tengo que
admitir/ que las matemáticas mienten, que el infinito es una llamada de
teléfono... La vida es angulosa y poliédrica, por eso las miradas poéticas de
Chelo de la Torre, son angulares y poligonales: Miden, calculan, desentrañan las
correspondencias interiores que tiene lo cotidiano con la intimidad de su
circulo (el gozo, la familia, los quehaceres, el miedo, la enfermedad, el gozo,
la ternura…): Cuatro puntos, cuatro vértices, / dos hijos, dos padres, / un
cuadrado, una familia. / Contiguos: se habla./ En diagonal: se grita./ Y en el
centro, el tiempo./
Del mismo
modo, el mirar poético de Chelo de la Torre se asombra, mide, correlaciona,
ordena, delimita la mathesis niversalis del tiempo que le ha tocado vivir, la
densidad de sentidos y sinsentidos exteriores a su alma-círculo: Hay geometría
en tus labios,/ en tus manos, en mis ojos,/ en las letras de tu nombre./…. La
vida va pasando, / los recuerdos pierden el pulso, / y esa sencilla figura/ -
que tanto dibujé -/ ha perdido su norte, / se ha hecho cotidiana. // Es dios… y
juguete de niño./ Me han dicho que organiza las bolas de billar, / que se deja
oir en algunos conciertos, / y en una sala que lleva su nombre,/ se habla de
poesía…//
El
miércoles pasado pude admirar a dos poetisas… o dos poetas… a dos mujeres
sabias. De Chelo de la Torre leo: Hay mujeres que se muestran: / son poliedros.
/Regulares: las acarician./Estrellados: las admiran de lejos., pinchan. //
otras sólo llevan un cuerpo… Entre canas y arrugas, / miedos, risas, fiebre, /
voz y letras / no podría ser otra cosa. // soy mujer…
Ramón Emilio Mandado Gutiérrez
Profesor de Filosofía
de la Universidad Complutense de Madrid
Poeta
17 de enero de 2020
Enhorabuena, por esas reseñas de luz y sana admiración.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz tarde, amiga.
Muchas felicidades por esa reseña magnífica que te han hecho que sin duda , conociéndote como te conozco, es merecidísima.
ResponderEliminarUn abrazo
Enhorabuena por ese reconocimiento tan merecido.
ResponderEliminarUn abrazo Chelo.
Enhorabuena, Chelo, por la emoción que levanta tu voz poética y tu persona.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enhorabuena, Chelo. Te lee con admiración y conocimiento. Un grandísimo abrazo.
ResponderEliminarChelo, mi admiración y respeto hacia ti amiga. Leerte es un place. La reseña magnifica y bien merecida Chelo. Saludos desde México.
ResponderEliminarCuando la obra de alguien se reconoce una y otra vez, es que es muy buena.
ResponderEliminarFelicidades,
Te felicito porque lo mereces.No es algo hermoso poder publicar tus poemas?Siempre estarán a tu lado y habrá mucha gente que se sentirá identificada con tus versos.
ResponderEliminarBesucos y cuidate.si?
Gó