Escribir poesía
antes de alcanzar la madurez personal, sentimental, debería estar prohibido. De
este modo nos habríamos podido ahorrar el 95% de la “nueva poesía española”.
Entre comillas porque de nueva no tiene nada, es publicidad engañosa de toda la
vida. Y de poesía menos todavía, es la puerilización de la creación poética
destinada a adolescentes amantes de las fórmulas hechas, de los tópicos
narcisistas. Cuánto daño han hecho Paulo Coelho, y Benjamín Prado. Lo bueno de
esta devaluación consciente de la poesía española, auspiciada por las grandes
editoriales y la crítica de los grandes medios, la pasta es la pasta, es que lo
valioso reluce más que el sol, salta a la vista. Eso sí, como en el caso de los
diamantes, hay que rebuscar, profundizar mucho, para encontrarlo, no lo vas a
encontrar en las mesas de novedades de las librerías, que hace tiempo se han
convertido en simples almacenes, depósitos, de libros, hablo de las grandes.
Sin ese milagro llamado internet, esos diamantes permanecerían escondidos
debajo de las camas de sus autores, o en el fondo de algún cajón. Pero no solo
abunda la morralla en la oferta editorial comercial, también en el universo
virtual, hay cientos de blogs personales de poesía, y miles de páginas de
recopilación de poemas, sin ningún orden ni criterio cualitativo. En una de
estas páginas cuantitativas, si no recuerdo mal la página del recientemente
fallecido Fernando Sabido (https://poetassigloveintiuno.blogspot.com/2015/04/chelo-de-la-torre-15399.html) ,
encontré por casualidad a la poeta amateur, en el buen sentido, en el de amante
de la poesía que no aspira a ganarse la vida a golpe de poema, Chelo de la
Torre. El flechazo fue inmediato, esa forma anti-pretenciosa de mezclar poesía
y geometría, de hablar de temas profundos con aparente sencillez, me caló hondo.
Di con su blog (http://chelodelatorre.blogspot.com) abierto el primer día de su
jubilación, y vi casi en directo como iba gestándose, tejiéndose, su primer
poemario, “Ángulos”, que fiel a su título es una visión poliédrica de la
existencia, con sus alegrías y sus penas, con sus frustraciones y pequeñas
victorias, sin ese poso de exagerado optimismo que confiere el exceso de
juventud, de inocencia. Si todos estos “nuevos poetas” de página vacía hubieran
seguido el ejemplo de Chelo de la Torre, hubieran esperado a hacer públicos sus
amagos de “poemas” a la jubilación, supongo que por vergüenza torera, o propia,
nos habrían ahorrado el bochorno de tener que leerlos, los pecadillos de
juventud mejor guardarlos en la gatera. Como siempre que se escribe de poesía
es inevitable caer en la exageración, en el ditirambo, prefiero predicar con el
ejemplo, compartiendo mi poema favorito de Chelo de la Torre, “La
mujer-poliedro”, que por supuesto está incluido en mi antología “100 poetas
mujeres” (https://es.slideshare.net/JulioPollinoTamayo/100-poetas-mujeres-antologa-potica-134680704),
que en breve tendré que actualizar para incluir a María de Zayas y a Anna de
Noailles.
LA MUJER-POLIEDRO
La mujer-poliedro se mece en la rama del árbol,
abre la puerta, extiende libre sus caras,
deja que la empape la lluvia
y que en sus vértices aniden los pájaros.
La mujer-poliedro nunca está triste,
compra el pan,
lleva a los niños al parque,
pasea al lado de los perros
mientras los dueños apoyan en sus aristas los
bastones,
hablan lenguas que ella no entiende
y beben cerveza en el bar de la esquina.
La mujer-poliedro no habla, solo observa
y busca en el índice de su viejo libro
el ángulo en el que debe quedarse a vivir.
P.D: El libro “Ángulos” (http://angulos-poemas.blogspot.com/) se puede adquirir directamente en la editorial (https://www.editorialnazari.com/libro/angulos/), en Amazon (https://www.amazon.es/%C3%81ngulos-Daraxa-Consuelo-Torre/dp/8416764220/ref=sr_1_1?), o dedicado por la autora pidiéndolo en este correo: angulos.chelodelatorre@gmail.com.
No hay comentarios:
Publicar un comentario