CONSUELO
DE LA TORRE: ÁNGULOS
Una reseña de 'Ángulos' (Editorial
Nazarí, 2017), ópera prima de Consuelo de la Torre.
Helena Blavatsky
consideraba la geometría como la quinta llave que permitía interpretar la vida.
Así mismo, y considerando las matemáticas como la séptima de ellas, resulta
inevitable considerar la relación que establece Borges entre la creación y las
matemáticas:
Yo pienso que
convertir los sentimientos en matemáticas es realmente algo muy complicado y
muy hermoso. […] la tarea del arte es ésa […] transformar todo eso en símbolos
[…] en algo que pueda perdurar en la memoria de los hombres.
Heredera de esta concepción del arte,
Consuelo de la Torre hace su incursión en la literatura con su ópera
prima Ángulos (Editorial Nazarí, 2017). No se puede comprender
la intencionalidad de este poemario sin antes asumir el estrecho vínculo de la
autora con las matemáticas, disciplina a la que ha dedicado su vida por la
influencia de las enseñanzas de Anastasio Fernández Rivas.
Este poemario se nos presenta dividido
en tres secciones, con la geometría como telón de fondo en la mayoría de las
composiciones: en Interiores, Consuelo adopta un tono personalista,
introspectivo. Todos los poemas se nos presentan como un retrato interior de la
autora sobre su propia memoria. Paradójicamente, los elementos matemáticos y
geométricos que emplea recurrentemente se presentan como una suerte de adorno
explicativo que, si bien resalta la voz personal de Consuelo, no insufla de
verdad la retórica ni los recursos estilísticos que tan sobriamente maneja. Uno
de los mayores logros compositivos de esta primera parte llega en el
poema Llueve: «La lluvia quiere borrar la casa donde me hice
niña, / el vértigo de la escalera, / el suelo gastado, la parra/ Me veo
contando mis recuerdos a mis hijos». El recuerdo de la infancia aquí objetivado
simbólicamente en la casa, es tan intenso como cercano. La presencia de métrica
clásica y una versificación regular recupera esa musicalidad de la que hablaba
Borges al inicio de este artículo. La sensación de soledad e incomprensión se
transmite a raíz del recurso de sus hijos, la descendencia en los últimos
versos del poema: «Los fantasmas vienen a saludarme […] Ellos saben la respuesta/
y se agarran a la grieta de las paredes, / paredes que el agua va desdibujando/
sin importarle los ojos de asombro de mis hijos/ no entienden casi nada». Esta
inquietud se recoge también en la atmósfera del poema Vuelve a temblar.
Partiendo de la cotidianidad que tan estrechamente puede remitirnos a los
poemas más oscuros —y menos valorados, me permito añadir— de Gloria Fuertes:
Me he arreglado el pelo, las cejas, las
uñas;
Me he maquillado
Y ensayado una sonrisa ante el espejo,
Esa que esperan las vecinas.
Hemos celebrado Año Nuevo y algún cumpleaños,
Hay que terminar de consumir las velas
[…]
Hemos cambiado el cristal de la mesa del salón,
Planchando las esquinas
Y pintando las paredes.
Dicen que es una pintura nueva
Y no dejará que vuelvan a salir las sombras.
Me he maquillado
Y ensayado una sonrisa ante el espejo,
Esa que esperan las vecinas.
Hemos celebrado Año Nuevo y algún cumpleaños,
Hay que terminar de consumir las velas
[…]
Hemos cambiado el cristal de la mesa del salón,
Planchando las esquinas
Y pintando las paredes.
Dicen que es una pintura nueva
Y no dejará que vuelvan a salir las sombras.
Los cimientos no los hemos cambiado,
Y una llamada del teléfono a destiempo
Los ha hecho temblar.
Y una llamada del teléfono a destiempo
Los ha hecho temblar.
En estos registros, es
donde Consuelo de la Torre se muestra así misma y entiende al mundo. Existen
también elementos meta-literarios y recursos que relacionan otros de los temas
recurrentes del libro, que es la literatura. Si bien el uso de estos elementos
se suma a la misma suerte que los matemáticos y geométricos, aproximan al
lector a la autora y consigue soslayar el distanciamiento de los poemas más
personalistas.
En Exteriores la
concepción del entorno en Consuelo hace que expanda su campo de percepción y
los temas y lugares que en ellos se tratan orbitan entre la memoria y la
experiencia. De nuevo la evocación del lugar personalizada en la infancia y en
el recuerdo paterno en el poema Mi pueblo: «El campo, / esa manta
blanca/ que dio trabajo al pueblo/ se ha vuelto edredones europeos/ algo de
verde queda en mi retina: / olivas, trigo, cebada. / Nada fue mío, / sólo un
árbol de cemento/ que plantó mi padre. La reivindicación de la mujer también
aparece como línea temática en esta segunda parte; en poemas como La
mujer esfera, La mujer poliedro o La mujer pirámide que,
aunque independientes, bien podrían estar publicados por partes de un mismo
concepto. El último de los bloques, Edición bilingüe, aparece la
última serie de poemas junto a una traducción más que oportuna al árabe
—inevitable considerar la persistencia en continuar la concordancia simbólica
entre poesía y matemáticas— de la mano de Samir Moudi, traductor y profesor de
Marrakech, Marruecos. En este último bloque se conjugan las temáticas que han
ido progresivamente apareciendo de manera gradual y se reúnen a modo de
corolario temático cerrando la unidad compositiva. La última de las temáticas
en incorporarse con cierto interés se da en el poema El globo terráqueo,
que conjuga el elemento de enseñanza de Consuelo en sus años como profesora,
así como un subtexto de poesía social influida, como vemos en los versos que
preceden al poema, por Wislawa Szymborska:
Miro la esfera que estudié de pequeña
Ha cambiado la extensión de los polos,
También las fronteras, y hay menos árboles
Y más tumbas.
[…]
La esfera de los congresos
Es más moderna y tan nítida
Que hasta se puede leer el precio
. Del centímetro cúbico de lluvia.
Ha cambiado la extensión de los polos,
También las fronteras, y hay menos árboles
Y más tumbas.
[…]
La esfera de los congresos
Es más moderna y tan nítida
Que hasta se puede leer el precio
. Del centímetro cúbico de lluvia.
Miro la esfera en la que estudié de
pequeña.
Sólo sigue en su sitio el ecuador.
Sólo sigue en su sitio el ecuador.
Si después de la tocata hay una fuga
incluso para Bach, Consuelo cierra este último bloque y el poemario con lo que
cinematográficamente llamaríamos un fundido a negro. El poema Límite,
recoge esta marcha con unos versos que asumen las noticias ya sabidas,
que escribiera Antonio Gamoneda, pero en este caso, de la mano del amor:
Ha llegado el tiempo del recuerdo y del
olvido
En el que las arrugas se filtran por las rendijas
Hemos sumado brindis, restado urgencias,
Nos hemos quedado huérfanos
[…]
Fuimos cambiando despacio,
En silencio, hacia el conocimiento.
Algunos días el dolor nos mató un poco,
[…]
Ahora cogemos el último tren.
Hace frío, el infinito se acerca,
Juntos vamos a su encuentro.
En el que las arrugas se filtran por las rendijas
Hemos sumado brindis, restado urgencias,
Nos hemos quedado huérfanos
[…]
Fuimos cambiando despacio,
En silencio, hacia el conocimiento.
Algunos días el dolor nos mató un poco,
[…]
Ahora cogemos el último tren.
Hace frío, el infinito se acerca,
Juntos vamos a su encuentro.
En definitiva, y como
la mayoría de las obras de iniciación, Consuelo de la Torre clava su bandera en
la colina de Iwo Jima de la literatura, toma conciencia del mundo que le rodea
y, si bien su uso de las matemáticas aparece como un recurso anecdótico, más
cercano al placer personal que al fin estético y expresivo del poema, sí que
preconiza una poética madura desprendida de elementos explicativos y una línea más
cercana a la introspección y al conocimiento propio.
Esta reseña ha sido publicada en la revista digital Oculta Lit por Iván Gonzalo Rodríguez.
Aquí os dejo el enlace
Aquí os dejo el enlace
Y quién es Iván Gonzalo Rodríguez
Un chico que a pesar de su juventud (Madrid 1991) ya destaca por su poesia, por sus críticas /reseñas de libros y por sus artículos de opinión.
Finalista en varios premios literarios, sus poemas aparecen en las antologias " 24 poetas tímidos", "Madrid de verso y calle" y en las revistas literarias "La bolsa de pipas", "Pineal Magazine", "Canibalismos o Maremágnum". Colabora en publicaciones como "Oculta lit", "Licencia poética" de la editorial Arst Poética o "Ariadna R-C"
Para sentirte orgullosa, es muy bonito lo que dice que no por ser cierto pierden importancia sus palabras. Un autor joven esperemos que haya mas, que no se apaguen los versos. Enhorabuena te lo mereces. Abrazos
ResponderEliminarEnhorabuena por la gran reseña que hace este joven escritor de tu poemario. Lo define muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo de sentirte triste supongo será una broma. La crítica de este joven no puede ser mejor.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Los poemarios son interesantes siempre, más si son comentado por lectores de juventud incuestionable. La matemática es armonía, y Dalí, si te fijas, era un estudioso y un alquimista de ellas. El arte, desde el cubismo hasta la sinfonía, es matemática pura.
ResponderEliminarMuy interesante este post. Un abrazo, bienhallado.
Felicidades por la reseña...!! Paso a leerte y a sido un placer......saludos
ResponderEliminar